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viernes, 31 de octubre de 2014

El aloe de Feliciana

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Píldoras FelicianasHace años, en épocas menos luminosas, una persona muy querida de una persona muy querida le regaló un aloe joven a la también joven Feliciana. Fue en un viaje al Mediterráneo, y Feliciana aun se acuerda, aunque no sabe decir por qué, del camino de vuelta en el Euromed, y de que un hombre latino le dijera "esa es una planta del desierto", y que le contara que en su tierra se le llama sábila, que no aloe vera.

martes, 28 de octubre de 2014

Hecho en Villapaz

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 No hay pequeña cosa más grande que hacer lo que a una le apasiona en la vida. Eso se dice Feliciana, que disfruta el placer de la lectura, de vez en cuando practica la escritura, necesita de la música y la danza, le gusta poner a prueba sus habilidades culinarias y también va al teatro y al cine, le encantan los cómics... y ve en el dibujo y la pintura un enorme potencial expresivo. Pero hasta el momento Feliciana no ha encontrado, o más bien no se ha atrevido a desarrollar, según matiza ella, la pasión que mueva su mundo. Por eso el miércoles Feliciana se emocionó tanto al conocer a Víctor González.


Víctor es albañil y vive en el pequeño pueblo de Villapaz, en el municipio de Jamundí, en el departamento colombiano del Valle del Cauca. Villapaz queda cerca de la ciudad de Cali, una de las más pobladas del país, pero parece ser una comunidad poco conocida, perdida entre plantaciones de caña, que Víctor ha puesto en el mapa gracias a su gran pasión: la dirección, montaje y realización de películas.

Victor tiene apenas 30 años pero acumula una filmografía que asciende a 39 títulos (a estas alturas quizás alguno más, calcula Feliciana) entre cortos y largos, proyectos experimentales, documentales, películas de acción, de terror y del que parece ser su género favorito: el drama. Todas ellas las realiza con la ayuda de sus convecinos, que ejercen de actores, extras, asistentes de sonido... y empleando en cada momento los medios a su alcance.


Su primera película la grabó gracias a un sencillo teléfono con cámara, rechazado por obsoleto en algún lugar más próspero. Luego llegó una cámara digital compacta y, más adelante, una cámara de vídeo de mano y una de fotos profesional. Y junto a esta evolución tecnológica, la técnica: iluminación, montaje, maquillaje, efectos especiales... Todo en las películas de Víctor está hecho con medios artesanales y conocimientos basados en la práctica.

Sus vecinos, por supuesto, no se pierden un estreno, emocionados de verse como intérpretes y de presenciar lo que nunca creyeron posible: que su pueblo salga en la gran pantalla. E incluso, esto último es quizás lo que más emociona a Feliciana, se han animado a dar rienda suelta a su creatividad explorando nuevos lenguajes artísticos.

Píldoras FelicianasDespués de este vídeo ya os habréis dado cuenta de que Feliciana no se fue hasta el Cauca a conocer a Víctor González, aunque le hubiera gustado porque le debe una visita a su amigo Mauricio, que también vive por allá. Lo conoció – a Víctor, no a Mauricio– a través del documental colombiano Hecho en Villapaz, dirigido por María Isabel Ospina y con otra mujer, Maritza Rincón, como productora.

Esta película, de la que a Feliciana salió contenta, emocionada y enormemente motivada, fue una de las seleccionadas por el Festival de Cine Invisible "Film Sozialak", que se acaba de clausurar en su ciudad, que es Bilbao. Y aunque por aquí no aparece en el palmarés, para disgusto de Feliciana, en Colombia se ha llevado ya varios premios y alguna que otra alegría, como que Víctor González reciba apoyo en posproducción para alguno de sus proyectos.


miércoles, 15 de octubre de 2014

Sobre tazas y pensamientos

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Píldoras FelicianasNo vamos a engañarnos, Feliciana no siempre circula por la vida ligera y optimista. Como a otros, a veces a Feliciana le entra el miedo, o se estresa, o le toca luchar por algo. Y entonces, por protegerse, se pone una armadura como si fuera a ir a la guerra. Pero sucede que a veces se la deja puesta más tiempo del debido... y claro, va por la calle toda tiesa... Y las cosas no fluyen como deberían, porque con tanto metal se le cargan los hombros y se le vuelve loca la brújula esa del Manifiesto.


Así que este año por su cumpleaños Feliciana se ha regalado este termo para las infusiones que se toma en el trabajo, que son muchas horas y muchas infusiones al cabo del año. Go with the flow, dice la taza, o sea más o menos fluye con la corriente. Feliciana lo interpreta como no poner tantas resistencias, estar más receptiva a lo que necesita y a lo que se se va encontrando. Pero matiza que no tiene que ser necesariamente en la corriente dominante, que en el océano hay diferentes mares, cada uno con sus muchas corrientes.

Claro que tienen razón los de El MundoToday, que uno no es necesariamente lo que dicen sus tazas... Feliciana se ríe mucho con El Mundo Today y reconoce que eso es cierto, y añade que quizás es que uno quiere ser lo que ponen sus tazas. Y explica que es bueno recordarse lo que uno quiere ser o hacer, con pensamientos o con tazas, que lo que te dices con convencimiento, día sí y día también, a la larga es en lo que te conviertes. Bueno a ver, si te dices que eres un unicornio no, aclara en un momento dado, y con eso se ríe un montón. Luego añade que ella lo que quiere es fluir mas, o más de continuo, y que para eso se da un margen, que no acaba hoy ni el mes que viene.

domingo, 12 de octubre de 2014

¡Qué bueno es estar de nuevo en casa!

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Píldoras Felicianas Bilbao
A Feliciana el cuerpo le pedía aventura y un día se dispuso a recorrer Turquía, con un par de mudas a la espalda y la guía muy al fondo de la mochila. En su camino hubo, claro, palacios de ensueño, mezquitas solemnes, ricones llenos de magia a escasos metros del bullicio, hamams vaporosos, irresistibles lokum, paisajes de otro planeta e indescriptibles amaneceres... Y también decenas de encuentros y desencuentros que supo recibir y dejar atrás cuando llegó el momento oportuno. Feliciana va aprendiendo, y se siente orgullosa de ello.

sábado, 11 de octubre de 2014

Manifiesto Feliciano (Beta)

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Feliciana Regaliz sueña con tener una casita con jardín y cultivar sus propios tomates, pero cuida sin amargura las plantas de su balcón.

Feliciana reservaba los perfumes caros para las grandes ocasiones, pero se ha propuesto hacer gran ocasión de cada día y ahora siempre huele a glamour.

Lecturas que inspiran